Orden en el Desorden
¿Quién dice que el desorden no está ordenado? Quien dice
que el orden no sea un caos. El problema lo tiene el que lo mira, nunca están
conformes. El ordenamiento de las cosas puede crear sensaciones extrañas. La
composición puede crear cosas interesantes que nos lleven a reflexionar y
llevarnos a pensar en posibilidades. Entonces, estas composiciones necesitan
normas o ellas en sí mismas hablan por sí solas. Por otro lado, cómo seria la
unión ideal de partes coherentes dentro de la composición arquitectónica.
Como composición entendemos la acción de agrupar varias cosas, colocándolas en cierto orden para formar o constituir algo. Desde el punto arquitectónico, podríamos entender que es la síntesis que precede al proyecto. Donde la composición proveerá siempre varias soluciones posibles; mientras que todo proyecto en sí es una toma de decisiones. La composición sugiere y lleva mensajes a través de la metáfora, materialidad, formas o sus elementos compositivos. El componer nos lleva tomar decisiones pensando en cierto fin, lo cual podríamos entender que las composiciones son reguladas por normas para facilitar el proceso y se entienda a donde se quiere llegar. Algunas de estas normas pudieran estar sujetas a la forma, tamaño, escala o incluso el material.
Introduciendo a Gehry en este concepto de la composición, vemos como Gehry busca con sus volúmenes abstractos crear formas promuevan el movimiento y se autogeneren formas a través de las perspectivas. Aunque Gehry ejerce una gran creatividad sobre cada uno de sus diseños, hay algunas características que definen su arquitectura. Su estilo se considera deconstructivista, un movimiento en la arquitectura posmoderna donde los elementos del diseño parecen estar fragmentados. Estas fragmentaciones y gestos en su arquitectura son las que nos crean estas formas imaginarias ante la interpretación y las que nos hace cuestionarnos como encontramos el orden en el desorden. Es en ese desorden en el que encontramos esa diversidad de movimientos, seguidas por un material reflexivo y a su vez “flexible” lo que nos mantiene cautivamos por su aparente complejidad. Es en este tipo de composición donde su forma y características se “auto-sustentan” y se rigen por un ordenamiento que las mantiene en equilibrio. Por el contrario, tenemos a Moneo que mantiene aspectos clásicos como la simetría, las proporciones, la repetición y el ritmo en sus obras. Donde no hace falta entender formas y elementos complejos para percibir una arquitectura que se “auto-sustenta” por la historia… por la norma.
Preguntarnos cómo
sería la unión ideal de partes coherentes dentro de la composición
arquitectónica puede ser un tema “geométricamente abstracto. Lo anterior casi
que pudiera ser una cita directa a Gehry por las formas que busca y expresa en
sus composiciones. Curiosamente, también pudiéramos entender a Gehry como un
arquitecto antiforma. Son sus composiciones flexibles, deconstruidas,
incompletas y a veces hasta incoherentes las que hacen su arquitectura una
icónica y confusa incluso ante sus colegas. ¿Qué serian partes o composiciones
ideales? Un arquitecto clásico siempre optara por regirse por las matemáticas,
ritmos, repeticiones y secuencias para crear ese equilibrio y balance que a
pesar de ser más fácil de comprender también tiene sus grados de complejidad. A
mi entender, lo anterior seria lo ideal, pero que es lo que lo hace ideal… la
comunicación. El como comunica y expresa sus elementos en conjunto y como estos
se autorelacionan. Es en esa relación, ese balance y equilibrio donde esta lo
“ideal” de la composición. Ya seas un intrépido Frank Gehry, un cuadrado Rafael
Moneo o una escultórica Zaha Hadid, lo que al final mantiene sus obras donde
están, es como fueron realizadas.
En fin, el ordenamiento de un edificio podría ser resultado de
una derivación o un desorden de ideas que bien compuestas puede traer un buen
resultado. No todo lo que esta organizado esta en orden, pero siempre lo
desordenado tendrá su orden…
“cada uno entiende el orden de su desorden”.