Ser o no ser Autor… esa es la pregunta
La
autoría como tema puede ser complicado, ya que se deben tomar muchos criterios
para poder percibir un autor en una obra. El tener renombre ayuda a distinguir
características y aspectos que nos hacen recordar o pensar quien podría ser el
autor de algo. Es acaso necesario que las características de lleven a tal
“autor”. Es acaso viable, reconocible el hecho de que las características de un
autor/artista no coincidan con otro y por ello no necesariamente llegar al
autor que andamos buscando. La autoría
tiene sus mañas y por ello hay investigadores que buscan y aportan sus
conocimientos en como reconocer a los autores.
¿Como
no reconocer un Frank Gehry, un Wright, un Moneo, una Hadid? Los arquitectos
pueden tener muchas características en común. El reconocer a un arquitecto en
su obra es parte de su autoría. En mi
blog anterior “Sin querer queriendo” vemos como la autoría pasa por muchos
obstáculos según la lectura referida. Las intenciones se dejan ver y más con el
paso del tiempo. Entre más un arquitecto es fiel a la manera en que trabaja,
más fácil es reconocer su trabajo. Los indiscutibles sketches de Gehry y la
manera en que los lleva a la realidad han hecho de un arquitecto reconocible y
original en su propio estilo. La autoría con Gehry es fácil de discutir en
estos términos, su arquitectura es una incomparable en su materialidad, curvas
y la flexibilidad en que expresa los materiales. Cuando se trata de curvas
nadie ignora a Zaha Hadid, “La Reina de las Curvas”. Como arquitecta ha llevado
la línea curva a otros niveles, a otra dimensión y escala. Su trabajo marca las
curvas como si la estructura dependiera de ello.
Algunas
características nos llevan a los autores de las obras con el simple hecho de
reconocer algún patrón o la manera en que se ejecutan algunos detalles. El
estilo como una consigna, marca diferencias como conjunto de elementos mínimos
reconocibles. Estos elementos reconocibles son los que marcan esa autoría en
los arquitectos. Esa manera de proceder que con el tiempo es como leer un libro
y reconocer sus elementos y la composición en las cual fueron ejecutados. Son
los críticos quienes exaltas estos elementos y a su vez le dan nombre por cómo
fueron utilizados. Son los críticos los que realzan el título de “Autor”
reaccionando a lo que han hecho. Dicho de este modo y si catalogamos al
arquitecto como una biografía, una manera de entender al autor desde su propio
contexto, quizás pidiéramos descifrar las intenciones que buscaba el arquitecto
al momento de darle vida a la obra. Es por medio de los críticos que podemos
apreciar y distinguir las obras de los Arquitectos. Una vez se es establecida
la manera en la que se reconoce la autoría, es interesante como comienza a
determinar las decisiones de diseño que fueron tomadas y la forma consciente, o
quizás hasta inconsciente de expresarla.
La
autoría está definida por el arquitecto y al final se decide como es que
procede. Estar consciente de lo que uno hace es importante, pero mantener un
ritmo una consistencia en clave para ser reconocido por un estilo propio que se
va formando y que los críticos visualizan y aprecian más fácil. Al final, la
autoría es algo que se define por interpretación, uno la ejecuta como mejor
entienda. Ser o no ser autor pareciera ser producto del publico crítico, pero
en realidad es el “autor” dada la redundancia lo que lo hace posible. Son las
acciones y decisiones del autor lo que determinaran el producto final y donde
la autoría será reconocida.
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